¿Nos quedamos con el Carlos de los 90’s?

 

Al ser una ávida seguidora de la monarquía británica, leo constantemente sobre la cantidad de proyectos que dirige y apadrina el Príncipe Carlos. Leo sobre cómo su popularidad sube día tras día en el Reino Unido y como su pueblo lo aprecia y valora.

Por otro lado, al dirigir esta página vista por más de dos mil personas, que representan a más de 20 países, en su mayoría de Latinoamérica, también siento constantemente el reproche hacia el hombre que le fue infiel a su bella princesa y “destruyó su vida”.

Cómo es posible que dos imágenes tan diferentes pertenezcan a una misma persona. Cómo existen dos percepciones tan diferentes de una persona que vive su vida en el ojo público, donde todos podemos ver lo que hace y lo que dice.

Analizando un poco más estas dos imágenes, veo claramente que la imagen del Príncipe en el Reino Unido, es una imagen del Carlos de hoy, el Carlos ya entrado en años y con una madurez  que solo el tiempo y la experiencia traen.

La imagen del Príncipe en Latinoamérica, es la imagen del Carlos de los noventas, el Carlos de los escándalos de infidelidad, de frialdad hacia su joven esposa, el Carlos que fue presionado a casarse sin amor y el Carlos que finalmente terminó “destruyendo” la vida de nuestra amada Princesa Diana. Desgraciadamente para el Príncipe, esta imagen del “malo de la película” será para siempre magnificada por el trágico final que tuvo la vida de Diana. Nuca sabremos cómo sería la historia  si ella estuviera viva.

Pero la pregunta aquí es, ¿qué pasó, que de este lado del charco nos quedó solamente esa mala imagen de Carlos? ¿Por qué en el Reino Unido creen que será un excelente rey y en cambio aquí todos prefieren ver a William en el trono?

Hace muchos años decidí dejar atrás la imagen del Príncipe que me vendieron los tabloides de los noventas y simplemente comencé a observar a la persona, al padre y a la figura pública que es el Príncipe hoy. Decidí comenzar a verlo a través de los ojos de sus hijos que lo adora y de su pueblo que lo valora. Decidí comenzar a ver lo bueno y recordar menos lo malo.

Vale la pena darle otra oportunidad? Vale la pena intentar ver al próximo rey de nuestra querida monarquía británica con otros ojos? Más importante aún, estarías dispuesto a hacerlo?